El hombro es una de las articulaciones con más movilidad en nuestro cuerpo, también es una de las más utilizadas para hacer nuestras actividades diarias. En este artículo trataremos la artrosis de hombro, una de las patologías que puede afectar a esta zona del cuerpo y que puede llegar a requerir la implantación de una prótesis.
Qué es la artrosis de hombro
En otros artículos en los que hablamos de patologías como el chasquido de escápula o la dislocación de hombro, ya comentamos la estructura de esta articulación. Dentro del hombro encontramos tres huesos: el hueso de la parte superior del brazo (húmero), la clavícula y el omóplato (escápula), que es el encargado de conectar la clavícula con el húmero.
En este caso, las zonas del hombro que pueden verse afectadas por esta patología son la articulación acromioclavicular, que es la unión de la clavícula con el omóplato y articulación glenohumeral, que se trata de la unión entre el húmero y el omóplato.
La artrosis es una enfermedad articular degenerativa que consiste en la desaparición progresiva del cartílago, lo que provoca que se pierda el espacio de la articulación. Además, esta patología también lleva a la formación de osteofitos, que son crecimientos óseos en la periferia de la articulación.
Esta es una patología que suele darse con más frecuencia en personas a partir de los 65 años en el brazo dominante, aunque también puede aparecer en personas jóvenes deportistas o en personas con determinadas actividades laborales.
Causas de la artrosis de hombro
La artrosis de hombro puede estar originada por distintas situaciones, estas son algunas de las causas más comunes:
- Por uso de la articulación: La artrosis puede estar causada por el uso normal de la articulación. Los movimientos que realizamos con el hombro van causando un desgaste que empieza a hacerse notable a partir de los 50 años. Este desgaste afecta de forma más habitual a la articulación acromioclavicular.
- Secundaria a otras condiciones: La artrosis puede ser consecuencia de una patología previa como la artritis reumatoide, una enfermedad autoinmune. También puede aparecer tras una cirugía o por inestabilidad de la articulación.
- Por traumatismos: Cuando ocurre un traumatismo en el hombro, como puede ser una fractura o una luxación, puede desarrollarse una artrosis postraumática.
Artropatía de manguito rotador: Tras una lesión en el manguito rotador, es posible desarrollar artropatías en la zona, especialmente en la articulación glenohumeral.
Síntomas y diagnóstico
Los síntomas de esta patología están principalmente relacionados con el dolor y la progresiva pérdida de movilidad y rigidez en el hombro. Más concretamente, algunos de los síntomas que pueden indicar la existencia artrosis de hombro son:
- Dolor de presencia nocturna.
- Crepitación de la articulación, es decir, sonidos en el movimiento de la misma.
- Músculos debilitados.
- Dolor muy intenso, en movimientos como alzar el brazo.
- Dolor al aplicar presión o peso sobre los hombros.
Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas, es recomendable acudir a un traumatólogo especializado en patologías del hombro para recibir un diagnóstico.
El diagnóstico de esta patología suele realizarse en un primer momento mediante una exploración física, en la que se buscan indicios de dolor, pérdida de movilidad en la articulación o la presencia de chasquidos derivados del contacto directo entre los huesos.
Una vez realizada esta exploración física, se procede a realizar pruebas de imagen. Una radiografía simple ayuda a hacer una idea global del desgaste de la articulación. Tras esta prueba se puede realizar un TAC o una RMN (resonancia magnética nuclear) para evaluar en detalle la situación de la articulación.
Tratamiento conservador
La primera opción para tratar una artrosis de hombro suele ser un tratamiento conservador. Dado que se trata de una patología degenerativa, el tratamiento suele ir enfocado al alivio de los síntomas y a la adquisición de hábitos de vida que realenticen el proceso degenerativo. Estos son algunos de los tratamientos conservadores que se dan a la artrosis de hombro:
- Fisioterapia para evitar que se continúe perdiendo movilidad en la articulación e intentar recuperar movimientos.
- Antiinflamatorios e infiltraciones intraarticulares para reducir el dolor.
- Hábitos de vida que eviten la sobrecarga del hombro afectado.
Tratamiento quirúrgico con prótesis
Si el tratamiento conservativo no da resultados y la patología sigue causando dolor o se convierte en incapacitante, se pasa a considerar un tratamiento quirúrgico. Cuando se opta por un tratamiento con cirugía, hay varias opciones de prótesis según el estado de la articulación:
- Prótesis total anatómica de hombro: Esta prótesis se utiliza en personas que tienen el manguito rotador intacto y no sufren de inestabilidad en el hombro. Este tipo de prótesis imita la forma natural del hombro.
- Prótesis inversa de hombro: Se utiliza en pacientes que sufren de inestabilidad en el hombro y lesiones crónicas irreparables de manguito rotador, ya que proporciona estabilidad y permite recuperar la movilidad. También sería posible utilizar la prótesis anatómica, pero esta solo elimina el dolor, sin devolver la funcionalidad al hombro.
Recambio de movilizaciones protésicas: Algunos pacientes que ya tienen una prótesis pueden comenzar a sufrir dolores o molestias de nuevo. Estos síntomas pueden estar causados por un desgaste, rotura o desplazamiento de la prótesis. En estos casos es necesario realizar un recambio protésico.
En Advansur somos profesionales en traumatología avanzada, en nuestra clínica se realizan estos tres tipos de intervenciones para garantizar a nuestros pacientes la mejor calidad de vida tras el tratamiento quirúrgico.
Si necesitas más información sobre el tratamiento de la artrosis de hombro, no dudes en pedir una cita online de traumatología, nuestros traumatólogos especializados en patologías del miembro superior estudiarán tu caso para ofrecerte la mejor solución.