¿Qué es el pulgar en resorte?

Tener el pulgar en resorte o en gatillo es una afección que, aunque parezca leve, puede complicar mucho tu día a día. A las molestias propias, hay que añadirle la dificultad para realizar cualquier actividad con tus propias manos. Es por ello que debes atajarla cuanto antes. ¿Crees que sufres este problema? Si es así, en este artículo despejamos tus dudas al respecto.

¿Te has parado a pensar en lo importante que son nuestros dedos en el día a día? Y es que, si no fuera por él, no podríamos realizar la gran mayoría de actividades cotidianas.

Por ejemplo, cuando afecta al dedo pulgar el hecho de tener un pulgar opuesto al resto de los dedos de nuestra mano hace que tengamos la capacidad de sujetar objetos. Algo que dejamos claro desde que nacemos cuando, por puro reflejo, sujetamos con fuerza el dedo de nuestros padres.

Es por todo ello que contar con nuestros dedos completamente funcional es clave para poder desarrollar con normalidad nuestras rutinas. Sin embargo, pueden surgir complicaciones en el mismo que nos dificulten todo esto, como es el caso del dedo en resorte. Hablamos sobre esta patología del miembro superior, muy común en niños.

¿En qué consiste el pulgar en resorte?

El dedo en resorte o en gatillo también recibe el nombre de tenosinovitis estenosante. Básicamente, consiste en que el dedo pulgar se queda fijo en posición flexionada (de ahí lo de “en gatillo”); Cuando el dedo se desatasca de esta postura, se estira de golpe, saltando como si tuviera un muelle y causando dolor. Si bien es cierto que esto puede suceder en cualquier dedo, suele ser más frecuente en el pulgar.

Existen diferentes grados de gravedad de un dedo en resorte:

  • Grado I: se manifiesta dolor, pero su existencia no puede demostrarse mediante un estudio físico.
  • Grado II o dedo en resorte pasivo: a partir de aquí ya sí se puede demostrar la patología. Es posible una extensión activa del dedo por sí mismo.
  • Grado III o dedo en gatillo activo: No es posible realizar una extensión activa del dedo, es decir, tiene que ayudarse con la otra mano para conseguirla. Tampoco es posible una flexión completa del dedo.
  • Grado IV: tiene lugar una contractura fija en el dedo. El pulgar no puede estirarse ni empleando la otra mano.

Síntomas de un dedo en resorte

¿Cómo saber si sufres de un pulgar en resorte o en gatillo? Hay una serie de evidencias que son una prueba clara de esta condición:

  • Rigidez en el dedo, quedándose bloqueado en posición flexionada.
  • El dedo se desbloquea, volviendo repentinamente a su posición estirada.
  • Dolor en la zona y al realizar movimientos.
  • Al mover el dedo, éste cruje o se oye un chasquido en el mismo.
  • Aparición de un bulto o protuberancia en la palma de la mano, concretamente en la base del pulgar.
  • Es imposible volver a estirar el dedo que se ha flexionado.
  • Los síntomas son más intensos por la mañana.

¿Por qué surge el dedo en resorte?

Los tendones flexores del dedo están conectados con la musculatura del antebrazo y se deslizan en el interior de una vaina tendinosa o túnel para conseguir realizar el movimiento. Cuando esta vaina sufre una inflamación o el tendón forma un nódulo, se dificulta este deslizamiento y, por tanto, la flexión del dedo.

Se ha demostrado que el pulgar en resorte es más habitual en niños, en personas de mediana edad, mujeres, personas que sufren enfermedades como artritis, gota, diabetes y aquellos que realizan habitualmente tareas manuales que incluyen una continua flexión del dedo

Tratamiento del pulgar en resorte

En primer lugar, habrá que diagnosticar esta dolencia, algo que suele hacerse con una sencilla exploración física. En algunos casos, será necesario realizar una ecografía.

Durante esta exploración, buscaremos un nódulo en el tendón e intentaremos provocar el movimiento de resorte. Para ello, tendrás que abrir y cerrar con fuerza la mano, si es posible, pretendiendo escuchar entonces el característico crujido.

También es de gran ayuda conocer a fondo el historial del paciente, sus patologías previas y sus hábitos de vida, tanto laborales, como de ocio.

Una vez que confirmemos que se sufre de dedo en resorte, el tratamiento a afrontar dependerá del grado de gravedad del mismo.

Para las situaciones más leves, consistirá en evitar la inflamación que lo provoca. Para ello, se pueden prescribir antiinflamatorios por vía oral, realizar infiltraciones con corticoides, el uso de férulas y/o proporcionar unas pautas de movimientos y ejercicios para la actividad del paciente.

Cuando estas medidas no surtan el efecto deseado, habrá que recurrir a una intervención quirúrgica. Se trata de una operación, bajo anestesia local y ambulatoria, lo que quiere decir que no requiere de ingreso hospitalario. La intervención consiste en hacer un ligero corte en la polea del tendón, de manera que este quede liberado y pueda moverse con normalidad.

Aunque el dedo en resorte es realmente incómodo para quien lo sufre, contamos con los recursos necesarios para que sólo sea un mal recuerdo. Para ello, no dudes en contactar con profesionales especializados. Desde Advansur, nos ofrecemos para guiarte a lo largo de todo el tratamiento. ¿Nos cuentas tu caso?

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