Artrosis de rodilla: qué es, cuando aparece y qué hábitos mejoran su diagnóstico

La rodilla es una articulación clave en las actividades más comunes de nuestra vida como  caminar, saltar, agacharse o correr. También es una articulación que carga con el peso de nuestro cuerpo, por lo que puede sufrir un desgaste con el paso del tiempo. En este artículo tratamos la artrosis de rodilla y cómo mejorar su diagnóstico.

Qué es la artrosis de rodilla

Para comprender bien esta patología, primero es necesario conocer la articulación de la rodilla. Como ya vimos en el artículo sobre la lesión de menisco, la rodilla es la articulación que une el fémur y la tibia. 

La superficie de estos huesos está cubierta por el cartílago articular, que es una parte blanda cuya función es facilitar la movilidad y actuar como amortiguador, absorbiendo las fuerzas de la presión. Este tejido evita la fricción entre los huesos que componen la articulación.

Figura 1. Estructura de la rodilla

La artrosis consiste en un desgaste de este tejido cartilaginoso, lo que provoca el rozamiento de los huesos. Esta patología puede aparecer en otras articulaciones, como el hombro, pero tiene mayor incidencia en la rodilla ya que es una articulación “de carga”. Esto quiere decir que soporta nuestro peso y el peso de los objetos que cargamos, además, está implicada en actividades como correr y caminar.

La artrosis de rodilla puede aparecer a partir de los 50 años debido al desgaste normal de la articulación, aunque también puede aparecer en personas más jóvenes por otras causas que veremos a lo largo de este artículo. Esta patología aparece con más frecuencia en mujeres que en hombres y, aunque no se conoce la causa de esta diferencia, las últimas investigaciones la relacionan con alteraciones en el líquido sinovial.

Síntomas

La artrosis se caracteriza principalmente por el dolor en la articulación, este dolor no es constante, por lo que el paciente puede tener épocas sin ninguna molestia. Esto no significa que la enfermedad haya aparecido o frenado su avance.

En una primera etapa de la artrosis, el dolor solo aparece tras la actividad física y se calma con el reposo. Sin embargo, conforme avanza la degeneración del tejido, el dolor puede aparecer tanto a causa del movimiento como en reposo.

Más concretamente, estos son algunos de los síntomas que pueden indicar la presencia de artrosis de rodilla: 

  • Dolor articular que aumenta cuando la rodilla debe soportar el peso corporal, por ejemplo, al estar de pie.
  • Rigidez tras un largo periodo de reposo, aunque esta suele desaparecer pasados unos minutos o al movilizar la articulación.
  • Dificultad para realizar ciertos movimientos.
  • Crujidos en la articulación.
  • Pérdida de la capacidad de estirar y doblar la rodilla por completo.
  • Inflamación y dolor al tacto en la zona.

Ante la aparición de estos síntomas, recomendamos acudir a un traumatólogo especializado en patologías de rodilla para poder recibir el diagnóstico y estudiar posibles tratamientos para esta patología.

Causas de la artrosis de rodilla

Para definir las causas de la artrosis debemos diferenciar entre dos tipos de artrosis: primaria y secundaria. Hablamos de artrosis primaria o idiopática cuando la patología no tiene una causa concreta o conocida. Sin embargo, existen ciertos factores de riesgo que pueden favorecer la aparición de artrosis de rodilla primaria:

  • Edad: El paso del tiempo y el uso de la articulación van causando una lenta degeneración del cartílago que empieza a hacerse visible a partir de los 50 años, por lo que es habitual empezar a sentir molestias a esta edad.
  • Factores genéticos: La presencia de casos de artrosis de rodilla dentro de la familia del paciente puede implicar una predisposición a desarrollar esta dolencia.
  • Obesidad: En las personas con sobrepeso, la rodilla se ve obligada a soportar más peso, por lo que es más probable que haya un desgaste de la articulación.
  • Prácticas deportivas: Ciertos deportes implican un gran impacto sobre las rodillas, lo que puede acelerar su desgaste. Algunos de estos deportes son el fútbol, el baloncesto, el tenis, el paddle y el atletismo.

Por otro lado, tenemos la artrosis secundaria, que se desarrolla como consecuencia de una patología preexistente que afecta a la rodilla. Puede darse en el caso de un traumatismo, lesiones de menisco, enfermedades como la artritis reumatoide o anomalías articulares congénitas.

Tratamiento: Un estilo de vida para evitar las consecuencias de la artrosis

Esta enfermedad es degenerativa e irreversible, por lo que el cartílago dañado no puede recuperarse. Además, es una patología progresiva que va avanzando con el paso del tiempo. 

El primer tratamiento para esta patología es conservador y consiste principalmente un cambio en los hábitos de vida que la provocan, algo que puede combinarse con fármacos enfocados a aliviar el dolor. Estas son algunas de las recomendaciones para pacientes de artrosis de rodilla y para aquellas personas que busquen prevenir su aparición:

  • Disminuir la práctica de deportes de alto impacto para la rodilla. Estos deportes pueden cambiarses por otros como la natación.
  • Al levantarse, evitar que todo el peso del cuerpo caiga sobre la articulación, apoyando los brazos por ejemplo.
  • Si se sufre de sobrepeso, reducir la masa corporal hará que la presión sobre la rodilla disminuya y por lo tanto, se ralentice el avance de la enfermedad.
  • Evitar llevar cargas muy pesadas.
  • No permanecer durante largos periodos sentado o de pie. Sentarse al menos cinco minutos por cada hora de pie y estirar las piernas de vez en cuando si se está sentado durante mucho tiempo.
  • Utilizar calzado con poco tacón y con buena sujeción.

Además, un profesional médico puede recetar antiinflamatorios y analgésicos que alivien los síntomas de la enfermedad. Es importante tener en cuenta que estos medicamentos no frenan ni mejoran el diagnóstico de la artrosis de rodilla, por lo que es importante adquirir hábitos que para ralentizar el avance de la enfermedad.

¿Cuándo es necesaria la cirugía?

La cirugía de rodilla es la última opción para los pacientes de artrosis de rodilla cuando el tratamiento conservador no ha dado resultado y la enfermedad se encuentra muy avanzada. Suele recurrirse a la cirugía si los dolores articulares afectan notablemente a la calidad de vida del paciente o resultan incapacitantes.

En estos casos hay dos opciones para el tratamiento quirúrgico de la artrosis: la osteotomía y la colocación de una prótesis de rodilla.

  • La osteotomía consiste en eliminar las deformidades de los huesos, extirpando o añadiendo una cuña al hueso de la tibia o del fémur, con el fin de alinear ambos y disminuir la presión sobre la articulación. En algunos casos la osteotomía se realiza para retrasar la colocación de una prótesis.

La prótesis de rodilla se coloca cuando el desgaste es muy avanzado y es necesario sustituir la articulación por una prótesis artificial. Durante esta operación, el cartílago y el hueso dañados se retiran de la articulación de la rodilla para colocar piezas artificiales.

Figura 2. Rodilla con artrosis – Rodilla con prótesis

En Advansur somos expertos en traumatología avanzada y son muchos los casos de artrosis de rodilla que hemos tratado en nuestra clínica. Si quieres ponerte en manos de los mejores profesionales para tratar la artrosis de rodilla, no dudes en contactar con nosotros o solicitar una cita previa con nuestros doctores.

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