Mujer tecleando en el ordenador

¿Cuándo hay que operar el túnel del carpo?

Si trabajas frente a un ordenador, seguro que has oído hablar del síndrome del túnel del carpo e incluso puede ser que lo sufras. Según nuestra doctora del miembro superior, Maria Isabel Holgado, el 80% de los pacientes que acuden a la clínica por este síndrome, tienen un trabajo relacionado con la mecanografía. En este artículo te contamos de qué se trata y cuándo es necesario recurrir a la cirugía.

Qué es el síndrome del túnel del carpo

El síndrome del túnel del carpo se trata de una compresión neurológica, es decir, de la compresión de un nervio. En este caso se comprime el nervio mediano, que va de las cervicales hasta la mano, atravesando todo el brazo. El nervio mediano lleva información desde el cerebro hasta los tres primeros dedos de la mano y la mitad del cuarto. 

En la muñeca, el nervio mediano pasa por el túnel del carpo, que es una estructura por la que también pasan los tendones flexores de la mano. Dentro de este túnel, al nivel del talón de la mano está el retináculo flexor, una estructura que puede inflamarse por distintos motivos y comprimir el nervio mediano, originando este síndrome.

Estructura del túnel del carpo

Síntomas del síndrome del túnel del carpo

Cuando el nervio se comprime, se produce una interrupción en la información que va del cerebro a la mano. Los primeros síntomas de esta interrupción son el entumecimiento y el hormigueo en los primeros dedos de la mano. Muchos de los pacientes que llegan a nuestra consulta de traumatología manifiestan que se les “duerme” la mano durante la noche.

Conforme crece la presión sobre el nervio mediano, aparecen otros síntomas como la pérdida de fuerza en la mano y se dificultan acciones como coger objetos o escribir.


Cuando aparecen estos síntomas, es necesario visitar a un traumatólogo especialista en el síndrome del túnel del carpo para poder recibir un diagnóstico y comenzar un tratamiento.

¿Es necesario operar tras la aparición de los primeros síntomas?

No. Antes de optar por la cirugía, el doctor siempre ofrece un tratamiento conservador enfocado a ralentizar el avance de la compresión del nervio. Estos son algunos de los tratamientos conservadores que se utilizan antes de recurrir a la cirugía:

  • Elementos ergonómicos: Si la patología está originada por un trabajo de mecanografía, se plantea el uso de elementos ergonómicos como almohadillas para reducir los traumatismos en la muñeca durante el trabajo.
  • Medicamentos vitamínicos: Estos ayudan a que la inflamación avance más lentamente.
  • Fármacos neurológicos: Se recetan cuando aparecen síntomas nocturnos que dificultan el descanso. Están orientados a paliar el dolor, pero no mejoran el diagnóstico de la enfermedad.
  • Rehabilitación: Se utiliza para bajar la inflamación y potenciar la fuerza de la mano, que se ha podido ver disminuida por la patología. 
  • Infiltraciones: Si el paciente no responde a ninguno de los tratamientos anteriores, se procede a la infiltración de fármacos al nivel del túnel del carpo.

¿Cuándo hay que operar?

Una vez agotadas las opciones de tratamiento conservador, si estas no han funcionado y los síntomas persisten, se recurre al tratamiento quirúrgico. Este consiste en una operación en la que se libera el nervio comprimido para que pueda volver a enviar de forma correcta la información a la mano.

Hay que tener en cuenta que las estructuras que componen la mano y la muñeca son muy delicadas en las que encontramos múltiples inervaciones y tejidos sensibles, por lo que la intervención debe realizarla un cirujano entrenado en patologías de la mano

Además, estas operaciones se realizan con ayuda de unas gafas de aumento que aumentan el campo de visión del cirujano para evitar dañar otras estructuras durante la intervención.

Gafas de aumento para cirugía

¿En qué consiste la operación?

Esta es una intervención que se realiza en quirófano bajo anestesia local y sedación. El objetivo de la operación, como ya hemos comentado, es eliminar la interrupción del nervio mediano. Para ello, se realiza una pequeña incisión de unos dos centímetros en la muñeca y se introduce una cánula para liberar la compresión.

Dado que el retináculo flexor es el causante de la compresión del nervio, hay dos opciones. La primera es dejar el retináculo abierto, esta es la más frecuente y la que se realiza a personas sedentarias o que no tienen trabajos de fuerza. 

La segunda consiste en hacer una plastia del retináculo, es decir, alargar el retináculo para que no siga comprimiendo el nervio pero sin que haya una pérdida de fuerza secundaria. Este es un tipo de cirugía a la que se recurre para tratar a pacientes que trabajan con la fuerza o deportistas.

Si has llegado hasta este artículo porque crees que podrías sufrir el síndrome del túnel del carpo, podemos ayudarte. En Advansur, nuestro centro de cirugía avanzada, estamos familiarizados con esta patología. Puedes contactar con nosotros y solicitar cita previa con la Dra. María Isabel Holgado para que puedas comenzar a tratar tu dolencia lo antes posible.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Categorías