Nuestros dedos están en continuo uso y nos ayudan a realizar una gran cantidad de actividades en nuestro día a día. Por ello, no es de extrañar que las fracturas de dedos, junto con las de metacarpo, constituyan un 10% del total de las fracturas.
Cuando hablamos de fracturas de dedos solemos referirnos a fracturas en las falanges de los dedos de la mano (falanges distales, medias y proximales). Estas fracturas se dan con mayor frecuencia entre jóvenes deportistas y personas adultas tras un accidente laboral. Aunque la realidad es que cualquier persona puede sufrir una fractura de mano en su vida cotidiana.
Las fracturas siempre están acompañadas de lesiones de tejidos blandos (piel, tendones y ligamentos) que influyen en el pronóstico final. Esto hace imprescindible una correcta exploración en las primeras horas/días de la lesión de mano de un profesional en fracturas de dedos. El objetivos es evitar las temidas secuelas en la mano, como son la rigidez en los movimientos, deformidades angulares que entorpecen el movimiento de cierre del puño, dolor crónico o síndrome de algodistrofia.
¿Cómo saber si tengo un dedo fracturado?
Las fracturas de dedos se dan frecuentemente tras un traumatismo directo, por ejemplo al golpearse el dedo con un martillo, o indirecto, cuando se da una torsión anormal del hueso y este se rompe. Estos son algunos de los síntomas de una falange fracturada:
- Dolor en el dedo afectado
- Hinchazón y calor en la zona
- Dificultades para flexionar el dedo
- Deformidad del dedo
Tras un traumatismo, si aparece alguno de estos síntomas, es probable que el dedo esté fracturado. Las fracturas necesitan atención médica inmediata, por lo que ante la sospecha, lo mejor es dirigirse a un centro médico.
Diagnóstico de una falange fracturada
Los síntomas descritos anteriormente también pueden estar ligados a otro tipo de patologías, como por ejemplo las infecciones. Por ello, para confirmar una fractura de dedo es necesario realizar una prueba diagnóstica de la mano de un profesional en traumatología.
En este caso se utiliza una prueba de imagen mediante rayos X, es decir, una radiografía. En ella, el doctor puede observar si existe una fractura, a qué altura se encuentra, de qué tipo es y qué tratamiento es el más indicado para el caso.
¿Cuándo hay que operar un dedo roto?
Existen muchos tipos de fracturas de falange y cada una requiere de un tratamiento concreto que debe ser prescrito por un traumatólogo especializado en el área de la mano. Este, mediante el estudio de la radiografía del paciente, determina el tipo de fractura y estima si es necesaria la cirugía o no.
A muy grandes rasgos, podemos decir que las fracturas que requieren de cirugía son aquellas que muestran inestabilidad, es decir, en las que tras una reducción cerrada (ajuste del dedo sin cirugía) la fractura vuelve a desplazarse. Por lo general estas fracturas suelen ser más graves y complejas.
La estabilidad o inestabilidad de la fractura se establece a partir de radiografía, que se utiliza para deducir si la fractura tenderá a salirse de su posición con el tiempo o permanecer en una posición estable.
Las fracturas estables suelen ser menos aparatosas y se tratan de manera conservadora, realizando una reducción anatómica con una escayola o una férula, que inmoviliza el hueso para que pueda soldarse correctamente.
Osteosíntesis de falanges
La osteosíntesis es un procedimiento quirúrgico en el que se utilizan elementos metálicos para reducir la fractura. Algunos casos en los que se utiliza este tratamientos es en fracturas inestables o articulares desplazadas, fracturas que no han sido reducidas adecuadamente y fracturas expuestas con lesión de tejidos blandos.
Dentro de la osteosíntesis existen distintas técnicas en función del tipo de fractura de dedo al que nos enfrentemos. Estas son las principales:
Agujas de Kirschner
Esta es la técnica más utilizada cuando hay una fractura inestable. Estas agujas tienen distintos diámetros, lo habitual en esta zona del cuerpo es utilizar agujas de entre 0.8 y 1mm.
Las agujas suelen colocarse con ayuda de un motor y pueden mantener los huesos ajustados durante varias semanas, mientras se inicia el proceso de consolidación de las distintas partes de la fractura.
Esta es una técnica poco invasiva que se puede utilizar en fracturas cerradas sin necesidad de realizar una cirugía abierta.
Tornillos a compresión
En casos de fracturas con fragmentos pequeños, las agujas de Kirschner no tienen la capacidad de mantener unidas todas las partes, por lo que se recurre a los tornillos a compresión.
Estos tornillos miden entre 1.1 y 1.5 mm y para colocarlos es necesario un abordaje abierto que se realiza mediante una incisión en el lateral del dedo.
Placa y tornillos
Las placas que se utilizan en fracturas de dedos tienen una forma anatómica y una serie de agujeros a través de los cuales se insertan los tornillos.
Se recurre a ella mayormente cuando hay fracturas transversas, oblicuas cortas o con pérdida de sustancia. La osteosíntesis con placas y tornillos brinda una excelente estabilidad.
Osteotomía en secuelas
En algunas ocasiones, tras la fractura de dedo, el hueso se consolida en una mala posición. Esto puede deberse a que no se ha reducido de forma adecuada la fractura. Una mala consolidación de la falange hace que el dedo afectado esté desviado, podemos apreciarlo incluso con los dedos extendidos.
En estos casos se realiza una osteotomía, que es una cirugía en la que se realizan cortes y secciones en los huesos para colocarlos en la posición correcta.
Por supuesto, todos los tratamientos sobre los que hablamos en este artículos tienen que ser realizados por cirujanos con mucha experiencia en cirugías de la mano, especialmente para evitar secuelas.
En Advansur tenemos los medios y la experiencia que se necesita para realizar un correcto tratamiento de las fracturas de dedo, minimizando al máximo el riesgo de sufrir secuelas. Contacta con nosotros o solicita una cita previa y estudiaremos tu caso para ofrecerte el mejor tratamiento.
