Cirugía de luxación rotuliana

Cirugía de luxación rotuliana

La luxación rotuliana es una afección común, especialmente entre personas jóvenes y deportistas, que consiste en el desplazamiento anómalo de la rótula fuera de su posición habitual. Este problema no solo provoca dolor e inflamación, sino también una importante sensación de inestabilidad en la rodilla, lo que puede limitar severamente la movilidad y calidad de vida del paciente.

Cirugía de luxación rotuliana

Cuando las luxaciones son recurrentes o no responden adecuadamente al tratamiento conservador, la cirugía se convierte en una opción necesaria para recuperar la funcionalidad articular y prevenir nuevos episodios. En este artículo abordamos los principales tipos de intervenciones quirúrgicas utilizadas para tratar la luxación rotuliana, así como el proceso de recuperación que sigue a la operación.

¿Qué es la luxación rotuliana y por qué ocurre?

La rótula es un hueso sesamoideo que forma parte de la articulación de la rodilla y se encuentra alojada en un surco llamado tróclea femoral. Su función principal es actuar como polea del cuádriceps para facilitar el movimiento de extensión de la pierna.

Cuando la rótula se desplaza fuera de este surco — por lo general hacia el lado externo de la rodilla — hablamos de luxación rotuliana. Este fenómeno puede deberse a un trauma directo, debilidad de los ligamentos, alteraciones óseas (como displasia troclear o rotación femoral anómala), hiperlaxitud ligamentosa o un mal alineamiento del aparato extensor.

¿Cuándo está indicada la cirugía?

La cirugía está indicada principalmente en dos situaciones:

  1. Luxación recurrente: cuando el paciente ha sufrido más de un episodio de luxación, especialmente si estos ocurren con movimientos simples.
  2. Fracaso del tratamiento conservador: si la fisioterapia, las ortesis y otras medidas no quirúrgicas no han logrado estabilizar la articulación.

El objetivo de la intervención es restaurar la correcta biomecánica de la rótula, eliminar la sensación de inestabilidad y prevenir futuros episodios.

Tipos de intervenciones quirúrgicas

Cirugía de luxación rotuliana

  1. Reconstrucción del ligamento femoropatelar medial (MPFL)

El MPFL es el principal estabilizador de la rótula en los primeros 30 grados de flexión de la rodilla. Su rotura es frecuente en los episodios de luxación, especialmente en pacientes jóvenes.

La reconstrucción de este ligamento con injerto (habitualmente del tendón del semitendinoso o del gracilis) es una técnica muy utilizada. Se trata de una intervención mínimamente invasiva con muy buenos resultados a largo plazo.

  1. Osteotomía de la tuberosidad tibial anterior (TTA)

En casos donde hay una alteración anatómica del aparato extensor, como una inserción desplazada lateralmente del tendón rotuliano, se recurre a la osteotomía de la TTA. Este procedimiento consiste en reposicionar quirúrgicamente el punto de anclaje del tendón rotuliano para mejorar la alineación de la rótula con el surco troclear.

Se puede realizar sola o en combinación con otras técnicas como la reconstrucción del MPFL.

  1. Trocleoplastia

En pacientes con displasia troclear severa, donde el surco por donde debe deslizar la rótula es plano o convexo, se puede realizar una trocleoplastia. Este procedimiento consiste en esculpir el fémur para crear un surco más profundo y anatómico, ayudando a que la rótula se mantenga centrada durante el movimiento.

Es una cirugía más compleja, reservada para casos específicos y generalmente combinada con otras técnicas.

  1. Reequilibrio de partes blandas

Cuando el desequilibrio muscular o ligamentoso es leve, puede optarse por un procedimiento de partes blandas. Esto incluye la liberación del retináculo lateral (que puede estar demasiado tenso) y la plicatura del retináculo medial.

Aunque menos frecuente como única técnica, puede ser útil en luxaciones primarias o cuando se combina con otras cirugías.

Recuperación tras la cirugía

El proceso de recuperación varía según la técnica utilizada y las condiciones previas del paciente. Sin embargo, en líneas generales, puede dividirse en las siguientes fases:

Fase 1 (0 a 2 semanas): reposo relativo y control del dolor

Durante los primeros días, el objetivo principal es controlar el dolor, reducir la inflamación y proteger la articulación. El paciente suele llevar una rodillera inmovilizadora y utilizar muletas para evitar la carga. Se inician ejercicios isométricos para el cuádriceps desde el primer día.

Fase 2 (2 a 6 semanas): movilización progresiva

Se comienza a trabajar la movilidad pasiva y activa asistida de la rodilla, con el objetivo de recuperar el rango de movimiento sin comprometer la reparación quirúrgica. El uso de la rodillera se mantiene, aunque se permite una carga parcial progresiva.

Fase 3 (6 a 12 semanas): fortalecimiento muscular

A medida que mejora la movilidad, se inicia el trabajo de fuerza con ejercicios en cadena cinética cerrada, bicicleta estática y ejercicios de propiocepción. Se retiran las ayudas técnicas si no hay dolor ni inestabilidad.

Fase 4 (3 a 6 meses): retorno a la actividad funcional

Se incorpora trabajo específico para el tipo de actividad o deporte que practica el paciente. Se realizan pruebas funcionales para evaluar la capacidad de retorno seguro al deporte.

En muchos casos, la vuelta a la práctica deportiva completa no se recomienda antes de los 5 o 6 meses.

Recomendación de cirugía de luxación rotuliana

La cirugía de luxación rotuliana representa una solución eficaz y segura para aquellos pacientes que han perdido la estabilidad de su rodilla y no encuentran mejoría con tratamiento conservador. Existen distintas técnicas quirúrgicas adaptadas a cada tipo de paciente y su causa específica de inestabilidad.

Una correcta indicación quirúrgica, junto con un proceso de rehabilitación bien planificado, son claves para asegurar una recuperación completa y un retorno exitoso a las actividades diarias o deportivas sin dolor ni limitaciones.

Si estás considerando una intervención por luxación rotuliana, consulta con nuestros especialistas para recibir un diagnóstico personalizado y las mejores opciones de tratamiento.

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