Rotura de ligamento cruzado anterior: Nuevas técnicas de reconstrucción

La rotura del ligamento cruzado anterior es una de las más frecuentes en personas deportistas, aunque también una de las más temidas por su largo proceso de recuperación y la pérdida de movilidad que puede conllevar. Desde Advansur y con nuestra amplia experiencia en cirugía deportiva, queremos hablarte sobre nuevas técnicas de reconstrucción del ligamento cruzado anterior.

La rotura del ligamento cruzado anterior

Antes de conocer las técnicas de reconstrucción del ligamento cruzado anterior, es necesario comprender bien su estructura, funcionamiento y en qué consiste su rotura.

¿Qué es el ligamento cruzado anterior?

Los ligamentos cruzados de la rodilla son dos estructuras ligamentosas que unen el fémur y la tibia, para dar estabilidad. El ligamento cruzado anterior (LCA) va desde la parte posterior y externa de la escotadura intercondílea del fémur hasta su inserción anteromedial en la tibia.

Además de dar estabilidad a la articulación, el ligamento cruzado anterior impide que la tibia se deslice hacia afuera frente al fémur.

¿Por qué se rompe el ligamento cruzado anterior?

El ligamento cruzado anterior se rompe cuando los huesos de la pierna (tibia y peroné) giran hacia lados opuestos soportando el peso del cuerpo. En la práctica, esta situación se da cuando la persona recibe un fuerte golpe en el lateral de la rodilla, al hacer una parada en seco y cambiar de dirección al correr o al estirar excesivamente la rodilla.

El tipo de acciones que causan la rotura del LCA se dan con mayor frecuencia durante la práctica de deporte, por eso en la mayoría de ocasiones hablamos de una lesión deportiva. Algunos deportes en los que es muy frecuente son el fútbol, baloncesto, esquí, rugby, pádel y tenis.

Síntomas

Cuando se produce la rotura del ligamento, los síntomas más frecuentes son: 

  • Crujido en el momento de la lesión
  • Inflamación de la rodilla en las horas posteriores a la lesión
  • Dolor, especialmente al intentar poner el peso del cuerpo sobre la pierna lesionada
  • Sensación de inestabilidad en la rodilla

Ante la aparición de estos síntomas, es importante no continuar practicando el deporte y acudir cuanto antes a una clínica traumatológica especializada en lesiones deportivas, con el objetivo de evitar que la lesión empeore.

Cómo se ha tratado tradicionalmente

Al ser una lesión que produce inestabilidad en la articulación e impide que el paciente continúe con la práctica deportiva, suele optarse desde un primer momento por la cirugía para los pacientes jóvenes y activos.

El tratamiento quirúrgico más extendido para esta lesión consiste en la extirpación de la parte del ligamento dañado y el reemplazo con un segmento de tendón. El tendón injertado puede ser del propio paciente (autoinjerto) o de un donante (aloinjerto). Cuando se realiza un autoinjerto se suele utilizar parte de un tendón de la rótula o de la corva (zona posterior de la rodilla).

El cirujano realiza cavidades o túneles en el fémur y la tibia para colocar de forma precisa el injerto, que luego se fija a los huesos con tornillos u otros dispositivos. El injerto sirve como andamio sobre el que podrá crecer nuevo tejido de ligamento.

Nuevas técnicas de reconstrucción: Plastia extra-articular para pacientes de LCA

Para aquellos pacientes con una alta demanda funcional de la rodilla, en Advansur solemos optar por realizar una plastia extra-articular. Esta técnica permite la reincorporación completa al deporte y tiene una tasa de recaídas muy baja.

La plastia extra-articular suele ir como refuerzo a una plastia intraarticular, ya que sirve para dotar de mayor estabilidad a la articulación ya que en ocasiones una plastia intraarticular bien posicionada resulta insuficiente para evitar el resalte.

Este procedimiento consiste en anexar una sección de tendón a la parte exterior de la rodilla para dar estabilidad a la articulación. 

Tras la operación se coloca una rodillera de extensión que se utiliza para caminar durante dos semanas. Se permite el apoyo parcial inmediato y ejercicios isométricos. 

Una vez retirados los apósitos, se inicia la flexo-extensión y la actividad. Los trabajos sedentarios y la conducción se permiten a partir de la 4ª semana y la actividad deportiva suave puede iniciarse hacia la 6ª semana.

Sabemos que para las personas deportistas es fundamental que su cuerpo siempre esté preparado para dar el 100%. Por eso ponemos a tu servicio a nuestro equipo de cirugía deportiva y al Dr. Javier Revuelta, especialista en lesiones de rodilla. Puedes pedir una cita online o contactar con nosotros para que te ayudemos.

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